jueves, 25 de agosto de 2011

Cuaderno de viajes del Arqto. Mario Roberto Alvarez


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Un homenaje a la trayectoria - Un cuaderno de viajes publicado por la Universidad de Palermo.





El  viernes 19 de agosto , en el auditorio de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo, Jean Jaurés 932, CABA, se realizó la presentación del libro Cuaderno de Viajes del arquitecto Mario Roberto Álvarez, autor de numerosas obras de arquitectura en el país y el extranjero.
La publicación que fue propuesta por la arquitecta Susana Ribichich y editado por la editorial Nobuko y Universidad de Palermo, recopila los viajes que realizó Álvarez por Europa al finalizar sus estudios a partir de 1938.




Le agradecemos al arquitecto Mario Roberto Alvarez 
que nos envió un ejemplar de este excelente libro.
bosquejos del Arq. MRA, Bonn Casa Económica Beethoven Strasse

Introducción
 

por la arq. arquitecta Susana Ribichich

Un cuaderno de viajes nos permite mirar, con los ojos de quien lo escribe, aquellos hechos que no vivimos, inventar una memoria. El protagonista nos invita a recorrer sus impresiones, espiar su intimidad y compartir ese relato mientras nosotros intentamos compararlo con nuestra propia visión o experiencia.
En estas páginas encontraremos a un joven y desconocido Mario Roberto Alvarez, de tan solo 24 años quien, con sus gráficos y notas de puño y letra, nos conducirá por sus vivencias, en un recorrido que abarca ciento quince ciudades europeas.
En 1937, recién graduado con Medalla de Oro obtuvo por concurso una beca que le permitió realizar el viaje y elige como tema de estudio " Viviendas de Interés Social".
Formado en el Academicismo Francés, se encuentra ávido de ver Arquitectura Moderna. El arquitecto Perret, en su visita a Buenos Aires, le había propuesto trabajar con el.
Sin embargo con cierto atrevimiento, Alvarez prefirió visitar un mayor numero de obras, y tener la oportunidad de entrevistar a otros destacados profesionales como Baeaujouin, Loos, Chermaieff, Nervi, Ponti, Gropius, Speer y Piacentini, entre otros, para nutrirse así con diversas influencias.
Siete décadas mas tarde, este profesional fenomenal, que ha recogido toda clase de galardones y elogios, realizado innumerables obras y es referente de la arquitectura racionalista local de renombre internacional, me contaría:
....he recorrido mucho en bicicleta y dormido alguna vez en el Ejercito de salvación, vendí mi pasaje de vuelta en primera clase y volví en un camarote con cinco inmigrantes, para que me durara mas tiempo la estadía y el dinero.. como estaba solo, me la pasaba leyendo, trabajando y haciendo apuntes... creía mucho más en el dibujo personal y en las impresiones que en la fotografía.
... me permitió hacer una especie de posgrado... no lo habría obtenido de otro modo y mi vida habría sido otra.
Hojear sus cuadernos es percibir la textura, las líneas, el olor y el clima de esa época; nos permite asomarnos a  su mirada  de entonces, reconstruir su metodología y entender cómo consolida sus principios. El joven arquitecto, con letra abigarrada y el trazo suelto de sus magníficos dibujos, compone su propio itinerario de estudio en un extenso recorrido por obras de gran variedad temática.
En cada una, y con evidente detenimiento, hace un registro crítico sólo de aquel aspecto que lo sorprende, interesa o disgusta. Resulta muy atractivo el desglose de materiales, colores, detalles constructivos y nuevas tecnologías hecho con minuciosos gráficos y descripciones.
Con varios abordajes de lectura, los apuntes nos permiten avanzar y retroceder, dejarlos y retomarlos. Se genera así un ejercicio de interacción: capturar las obras en su contexto y pensar en qué se detiene el observador y porqué.
Si impensadamente quedaba algo por añadir sobre el arquitecto Mario Roberto Alvarez, este material inédito de sus inicios lo completa.
El hombre impecable, austero y altivo que, con generosidad, siempre abre sus puertas dispuesto a  dialogar, nos permite vislumbrar, desde sus comienzos, lo que dará coherencia. a toda su obra: la constancia en la modernidad.
Con sus cuadernos confirma otra manera de hacer docencia; nos enseña en qué cree y lo que siente: que el arquitecto es autodidacta, que se forma en ver y preguntar, con esfuerzo, perseverancia y trabajo incesante.
Sin ninguna duda, un modelo de profesionalismo exquisito, atemporal.



Mario Roberto Alvarez nació en Buenos Aires en 1913. Ya como estudiante recibió dos medallas de oro, una en el Colegio Nacional Buenos Aires en 1931 y otra cuando egresó en 1936 de la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires.
Autor de numerosas obras de arquitectura en el país y el extranjero, sus valores académicos son considerados de excepción.
Galardonado con múltiples premios, ocupa un lugar de máximo reconocimiento, entre colegas y público, debido a la calidad y coherencia de su trayectoria, que es una lección magistral de la arquitectura del siglo XX.

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